Suena el despertador. Los números en la oscuridad dan fe de que son las 7 de la mañana. Marta extiende el brazo y apaga la alarma con aire soñoliento. Todavía queda media hora más que ella se permite antes de levantarse y afrontar un día largo. A las 7:30 salta de la cama, toma un rápido vaso de leche con cola cao y sale a la calle en busca de la villavesa número 4, que le llevará a la redacción de EFE. Quizá, entre ruedas de prensa y hasta las 12:30 del mediodía, pueda permitirse tomar un café en su horario ininterrumpido de trabajo.

Marta Quintín. Fotos: M. González
Al salir de la agencia, Marta se dirige rauda hacia la Facultad, donde se reúne con su grupo de proyecto y saca unos minutos para tomar una comida rápida: a las 16:00 horas le toca estar en el aula 5 y apenas dispone de mucho tiempo. Entre las 18:00 y las 19:00 horas, cuando salga de clase y al fin se dirija a casa, el trabajo no habrá terminado: tendrá que seguir escribiendo o estudiando hasta que caiga la noche.
Así es el día a día de una estudiante que se lanzó a la aventura de hacer prácticas durante el curso académico, una decisión no muy habitual entre los estudiantes de Comunicación de la Universidad de Navarra, que suelen reservar su trabajo como becarios para los dos meses de verano.
La zaragozana Marta Quintín, alumna de 4º de Periodismo, es una de estas excepciones. Desde enero de este año trabaja en la delegación pamplonesa de EFE de lunes a viernes, cuatro horas y media al día, gracias a la beca que La Caixa y la fundación de la agencia nacional ofrecen anualmente. Esto le permitirá que, acabadas sus prácticas en Pamplona en diciembre de 2011, tenga la oportunidad de trabajar otro año en otra delegación, esta vez extranjera.
En el curso de estas prácticas, que además están remuneradas, la estudiante realiza labores de redacción junto con seis periodistas más, apoyados por dos fotógrafos. “La integración ha sido muy fácil desde el principio, porque es una redacción pequeña y el ambiente es muy acogedor desde el momento cero. Intentan ayudarte y facilitarte todo, incluido que compatibilices el trabajo con los estudios: me han dicho que durante todo el tiempo en el que esté estudiando, la prioridad es la carrera”, asegura, para agregar que, entre estas facilidades, siempre se le ha permitido cuadrar bien los horarios o cogerse un día libre para preparar un examen.
Cuando llegó a EFE, Marta comenzó elaborando noticias a través de la asistencia a ruedas de prensa y de correos electrónicos, y después se le fue dando manga ancha para realizar entrevistas por teléfono y textos más elaborados. “Siempre te dan un poquito más de responsabilidad poco a poco. Cuando llevaba un mes, ya me dejaron hacer un reportaje firmado; y también me han prestado la cámara para salir a grabar algo”, comenta.
Marta confiesa que aunque antes de empezar pensaba que compaginar trabajo y estudios le iba a “costar más”, se siente “muy involucrada en el proyecto”, lo que ha permitido que las rutinas profesionales recién adquiridas se normalicen con rapidez. “No me da la impresión de que falte ni en una cosa ni en la otra: lo estoy compatibilizando bien”, afirma.
“Hay que ponerse a prueba y ver hasta dónde eres capaz de compaginar. Al principio tienes dudas, pero luego ves que merece la pena”, explica. La zaragozana asegura que, a pesar de que puedas pasar unos meses más estresada, “lo que la experiencia te aporta a largo plazo es mejor que haber ido más relajada”.
El “poder jugar con fuego real” es una de las ventajas que la estudiante valora más de su estancia como becaria. “Una agencia es un buen sitio para empezar, porque te permite tocar todos los palos y estar al filo de la noticia”, valora, para añadir que, por ejemplo, está “contenta” ya que de vez en cuando le permiten tratar temas culturales más reposados. “He hablado con gente muy interesante como Ariel Rot o Javier Sierra, porque Pamplona es una ciudad tan pequeña que, de visitarnos una celebridad, acaba pasando por mis manos”, confiesa. “Esto me está aportando contactos, trabajo de verdad, tablas y sueldo, que tampoco está mal”, concluye.
Fines de semana al pie del cañón

Borja Miranda.
Una alternativa más asequible para este tipo de becario es la de trabajar en festivos. Cada curso académico, Diario de Noticias ofrece en torno a una decena de puestos para aquellos estudiantes interesados en apoyar el trabajo de redacción durante el fin de semana. Es el caso de Borja Miranda, alumno de 3º de Periodismo, que desde el último fin de semana de septiembre hasta finales de abril, pasa las tardes de los sábados y domingos en la sección de Deportes del periódico navarro.
Miranda se animó a probar suerte en estas prácticas cuando varios responsables del diario dieron una charla en la facultad para reclutar a jóvenes periodistas que quisieran becarse. El pamplonés no dudó: “Me apunté a la oferta porque me gusta el deporte y en ese ámbito estoy a gusto”.
Dos son las tareas fundamentales de los becarios de Deportes en Diario de Noticias: cubrir los partidos de tercera división y elaborar pequeñas crónicas de los partidos de regional juveniles y preferentes, que aparecen los lunes en los breves de las páginas deportivas. “Son trabajos que a las vacas sagradas de los deportes no les van a mandar, por lo que nos toca hacerlas a nosotros los fines de semana”, comenta Miranda, para añadir que, no obstante, a veces les toca “echar una mano en la cobertura de algún partido de balonmano o waterpolo”.
Para el estudiante de tercer curso, la integración no ha resultado complicada. En los inicios, comenta que tuvo dificultades con el programa de edición, Millennium, que le daba problemas, por lo que “tenía que estar todo el rato llamando al jefe de los becarios para aprender a acceder y utilizarlo”. También confiesa que, en una ocasión, al preguntarle si tenía coche y responder que sí, le dijeron que al día siguiente iba a ir a cubrir una maratón de patinaje a Puente la Reina y que “se quedó en blanco, sin saber qué hacer”, a pesar de que después todo marchó bien.
En otro orden de cosas, Miranda añade que “los primeros días te llama la atención encontrarte de cara con gente que has leído en el periódico como, por ejemplo, el especialista en Osasuna del diario. Te quedas mirando cómo trabajan, y te gusta leer lo que escriben porque ya sabes cómo son y conoces lo que han comentado después de hacer la entrevista”, explica.
En general, para el pamplonés no ha supuesto un gran esfuerzo sentirse cómodo en la redacción y compaginar este trabajo con la vida académica. Aún así, admite que le ha costado acostumbrarse a “salir tarde de trabajar” –los becarios del fin de semana entran a las 16:30 y terminan en función de las necesidades de la jornada- y “llevar la vida habitual de los fines de semana”. “Yo, por ejemplo, soy socio de Osasuna y no he podido ir a ningún partido de esta temporada”, detalla.
En cualquier caso, Miranda asegura estar satisfecho por la mejoría de sus destrezas profesionales y el conocimiento del mundo laboral, donde ha percibido que “es muy importante tener contactos y manejar con cuidado las fuentes”. “El año que viene, si puedo, volveré a repetir”, asegura.

Vanessa Ortega.
La vasca Vanessa Ortega, alumna del mismo curso, fue más lanzada y consiguió las prácticas de fin de semana por su cuenta en el Canal 18, la televisión local de Tolosa (Guipúzcoa), su localidad natal, donde es reportera remunerada desde finales de octubre del año pasado.
Aunque su trabajo se centra en las coberturas en la zona de Tolosaldea de los viernes, sábados y domingos, la estudiante está pendiente de sus responsabilidades en el canal a lo largo de toda la semana. “Mis compañeros me envían un planning en el que se recogen las citas con el lugar y la hora, y yo me organizo. Normalmente los viernes recojo los teletipos y preparo las entrevistas y el enfoque de los reportajes y las noticias”, detalla, confesando que al principio tardaba mucho en preparar la parte del trabajo que tenía que hacer por adelantado. “El reporterismo no es sólo llegar con antelación al lugar de la noticias y meter la alcachofa. Hay que hacer preguntas inteligentes para conseguir respuestas inteligentes. La preparación previa, sobre todo en materias que desconoces, es fundamental”, considera.
En este sentido, Ortega asegura que desde el principio ha tenido que “lidiar con grandes responsabilidades” y que, en sus primeros días, se le hacía difícil pedir ayuda a los demás periodistas del canal. “No es fácil llegar a una redacción llena de desconocidos que hacen perfectamente su trabajo y decir: ‘perdona, ¿me puedes echar un cable?’ Pero la verdad es que he tenido bastante suerte. Mis compañeros de trabajo han sabido valorarme y a lo largo de estos cinco meses hemos entablado una relación más profunda y personal”, comenta.
A lo largo de este tiempo, la situación de la tolosarra en el Canal 28 ha cambiado mucho, como ella asegura: “Una vez que te esfuerzas por aprender el oficio y sacrificas tu tiempo libre por ser algo mejor cada día la gente empieza a respetarte. Al principio te presentan como ‘la becaria’ y poco a poco te vas ganando un puesto, un nombre y una historia”. Desde su punto de vista, sin embargo, considera que hasta llegar a ese nivel de conocimiento y comprensión “hay que aguantar bastante”. “Ahora, cuando tengo un examen fuerte, tengo la confianza de que el domingo se arreglarán sin mí y que no me caerá una bronca”, explica.
La estudiante es sincera: para ella, compaginar prácticas y estudios durante el año no le resulta fácil. “Siempre estás sometida a mucho estrés y por lo tanto algo más tensa. Al no tener un día libre siquiera en toda la semana todo pasa mucho más rápido y tienes la sensación de que no tienes tiempo para nada”, confiesa. A pesar de que se ha planteado tirar la toalla “muchas veces”, considera que en su vida diaria prima “sentirse útil y activa”, donde entran el aprendizaje y el “aportar algo a los demás”. De hecho, califica al periodismo como “una gran profesión para aquellos que estén dispuestos a aprender”.
La experiencia como becaria tiene, pese a sus inconvenientes, un gran número de ventajas, entre las que Ortega destaca la seguridad. “Ahora soy capaz de hacer muchas cosas que antes no hacía: editar un video, entrevistar a un personaje sin seguir un guion, presentar un programa especial o usar un magnetófono o un vectorbox”, especifica. Asimismo, la tolosarra destaca que las prácticas le están permitiendo conocer el verdadero mundo de los medios de comunicación, donde, por ejemplo, “se puede hacer televisión sin grandísimos recursos. Lo más importante son las personas y su formación; en definitiva, estar rodeado de grandes profesionales”, considera. Una realidad en la que cada vez se está introduciendo más a fondo, porque recientemente ha recibido una oferta por la que en unas semanas se convertirá en reportera fija del canal.
Continuar siendo becario

Javier Ugalde.
Una realidad ineludible es la de los licenciados o graduados que, al terminar la carrera, han de hacerse con su primer puesto de trabajo y comienzan a ganárselo desde el estrato más bajo: ser becario. Para algunos, como el burladés Javier Ugalde, licenciado en Comunicación Audiovisual el pasado año, esta tarea resulta más sencilla si se ha ocupado este puesto a lo largo de cursos académicos anteriores.
Javier empezó su experiencia como becario en el año 2008, de la mano de la cadena COPE, donde permaneció hasta mayo de 2010. Durante ese verano, y hasta la actualidad, trabaja en Onda Cero, donde invierte unos cinco días a la semana en informativos y en la tertulia deportiva vespertina de la cadena.
Por si fuera poco, paralelamente Ugalde dirige, los miércoles y los jueves de cada semana, el programa deportivo “A por ellos”, de la emisora navarra Trak FM; programa donde confiesa que se puede “soltar más, porque no tengo un canon superior que me diga lo que tengo que hacer”. A pesar de esto, el licenciado califica el ambiente de Onda Cero como “estupendo”, por ser una emisora formada por “un gran equipo humano”.
En general, Ugalde señala que se encuentra “muy a gusto” en ambas emisoras y que no ha tenido ningún problema de integración en ambas, en gran parte gracias a su experiencia previa en COPE, donde estuvo “más tímido”. “Todavía era un chico de tercero, y lo veía todo muy grande. Allí aprendí mucho”, detalla.
Hasta diciembre del pasado año, cuando terminó las asignaturas que le quedaban para licenciarse, al burladés no le costaba compaginar estudios con trabajo. “No me agobiaba: si tenía que faltar un día al trabajo por estudiar, hacía una llamada telefónica”, comenta, aclarando que esto también resultaba fácil porque desde las emisoras se lo facilitaban “sin ningún tipo de problema”. “De hecho, una de mis compañeras bromeaba con que era ‘el chico que siempre faltaba cuando tenía examen’”, añade entre risas.
Ugalde considera que el hecho de que haya más estudiantes que hacen prácticas durante el verano frente a los becarios a lo largo del curso académico es un problema de “comodidad”. “Muchos no tienen conocimiento para saber moverse: una persona que viene desde Badajoz a Pamplona a hacer la carrera no sabe muy bien con quién ponerse en contacto para hacer prácticas”, explica. Otra razón de peso, según el comunicador audiovisual, es que “los dos primeros años la Universidad no te habla de prácticas, aunque puedes hacerlas en el verano de segundo si has aprobado todo”. Sus acciones lo avalan: él consiguió las prácticas en COPE a través de un conocido y, aunque Onda Cero tiene vinculación con la Universidad, también las obtuvo por su cuenta, aunque sí que las gestionó posteriormente a través de FEUN.
Para conseguir estas prácticas durante el curso académico, Ugalde puntualiza que, en muchas ocasiones, hay que comenzar desde las de verano, como le ocurrió en Onda Cero: después de los meses estivales, le propusieron seguir en la emisora.
El licenciado, en general, considera que esta experiencia es muy enriquecedora por dos razones: “En primer lugar, porque no te van a exigir una permanencia constante: saben que estás estudiando y que todavía tienes que acabar la carrera; y en segundo lugar, porque te va a servir para aprender”, comenta. “A pesar de que las condiciones no sean las idóneas, porque el mundo del becario es muy precario, tendrás una preparación para el día de mañana que no será la misma que la de las prácticas obligatorias: es ir a una redacción, salir a la calle, hacer una entrevista o acudir a una rueda de prensa”, agrega.
Asimismo, el burladés recomienda no acudir a las prácticas con prejuicios sobre los becados. “Te toca ir a por algún café, pero te tienen respeto y te enseñan mucho. Sólo por ser el becario no te toca comerte todos los marrones. También le toca a otros”, aclara. Pese a esto, Ugalde explica, entre risas, que ya se le han subido los colores en alguna ocasión en la emisora. “El mismo lunes me sonó el móvil en el estudio en mitad del informativo”, relata. Ser novato tiene sus ventajas y sus inconvenientes. A Javier, por el momento, ya le han puesto un mote en Onda Cero: “el becario listo del año”.