Aulas, cafetería, CTI son los lugares más transitados de la Facultad. Sin embargo, el quinceañero edificio abarca más cosas que pueden pasar desapercibidas en el día a día: es el área oeste de la facultad.

Localización desde fuera de los distintos lugares del ala oeste. Foto: JV
Sobre la planta del edificio se puede comprobar claramente que la facultad se rompe en la parte de la cafetería. Es el octaedro de los medios. También está allí el despacho de Alfonso Vara, con sus pilas de periódicos económicos y el almacén con todos los materiales audiovisuales, cámaras y trípodes que los alumnos utilizan para Audiovisual. Ahora bien, quizá no se sabe muy bien qué más hay aparte del despacho del profesor Vara.
Desde la cristalera de la planta baja, al lado de la cafetería, se puede observar una gran mesa gris claro, igual que el resto del mobiliario de la facultad y tres despachos con la puerta abierta habitualmente. Nuestro Tiempo nació como revista en 1954. En el 2009 se decidió que la publicación se dirigiese a todos los graduados de la universidad, no sólo a los antiguos alumnos. Esto supuso cambiar de diseño y pasar de 12.000 ejemplares a 63.000. “Nuestro Tiempo es como una pequeña escuela de Periodismo”, explica Javier Marrodán, director del magacín. La publicación cuenta con la colaboración de entre veinte y veinticinco alumnos, que se encargan de escribir algunos de los reportajes que aparecen luego impresos cada dos meses en la revista.
Además, la revista cuenta con la ventaja de desarrollarse en un ámbito universitario, lo que facilita que se pueda contar con la ayuda de expertos en materias muy amplias y no siempre relacionadas con el ámbito de la comunicación. El director de Nuestro Tiempo explica uno de los casos: “Hace dos años nos dimos cuenta que había mayorías de edad distintas: para abortar, para sacarse el carné de conducir, para tomar bebidas alcóholicas… Es un tema que estaba en el candelero, la mayoría de edad ya no era algo unitario, sino que para determinadas cosas se requerían edades distintas, así que contamos con la ayuda de médicos del CIMA y gente de Derecho que aportaba su opinión acompañando el texto principal del reportaje”.
“Es una revista de colaboradores”, explica Javier Marrodán. “Las 104 páginas no las escribimos los que trabajamos aquí fulltime, hay un núcleo habitual de colaboradores, frecuentemente antiguos alumnos, que tienen cosas interesantes o bien porque viajan o porque lo que no pueden hacer en su trabajo lo pueden plasmar aquí con más tiempo detenido y bien maquetado”. “Es un lujo -añade Marrodán-, tenemos gente que ha escrito desde China, Sudán, Egipto, Bosnia, Pakistán, Irak…”. Para el bloque de cultura hay un equipo de reseñadores habituales. “Existe un núcleo y luego está al alcance de la mano todos los profesores que trabajan en la Universidad”.

Parte de la redacción de Nuestro Tiempo en una charla con René Maisner, hija del gran periodista Ryszard Kapuscinski. Foto: M. Castells
La publicación cuenta con una plantilla fija de cinco personas. Sonsoles Gutiérrez es la redactora jefe, Chus Cantalapiedra coordina las noticias del campus y antiguos alumnos, Mari Carmen Bulnes es secretaria de redacción y Elisa Monserrat es la gerente de publicidad y lleva la parte técnica de imprenta y distribución de la revista.
Las escaleras que hay al lado de la cafetería llevan a la redacción de 98.3 Radio. A la izquierda del despacho de Alfonso Vara. El suelo está abombado debajo de la puerta, puede que por el tráfico habitual hacia los estudios de grabación. La 98.3 cuenta con una plantilla de alumnos que ya han terminado la carrera y que a través de una beca trabajan en la emisora. Lara Villanueva se ocupa de los informativos, Ana Pérez es la segunda voz y la encargada de cultura, Sara Marqués trata los deportes, salud y solidaridad, y Eva Lus, redactora jefe, se dedica a los temas de actualidad del campus, así como a labor docente en los distintos cursos. Como señala Lus, “la redacción es quizá el lugar menos conocido de la Facultad porque a Iñaki de Lorenzo (director) y Nagore Gil (subdirectora) se les ve cuando vas a grabar en los estudios o cuando vienen los grupos de visita de colegios, pero nosotros estamos apartados de esa zona”. Además, la cadena cuenta con la participación en los controles de Iñaki Llarena, productor musical y docente.

Ana, Sara y Eva preparando uno de los informativos de 98.3 Radio. Foto: JV
La 98.3 mantiene un régimen de prácticas de verano en función de los cursos. En primero, los alumnos trabajan durante un mes realizando pequeños materiales como La frase, Canciones con historia, La cifra… Es decir, trabajos de tipo más narrativo. En segundo, los alumnos se enfrentan a los contenidos informativos, desde participar en el boletín diario, tanto en la redacción de noticias como en su locución cada día, hasta asistir a las primeras ruedas de prensa. También los redactores deben grabar materiales más creativos, como los que realizan sus compañeros de primero, de tal forma que combinan durante la semana actividad informativa y de entretenimiento o investigación. En tercero y cuarto curso, los radiointeresados trabajan todo el año. Los de tercero tienen sus propios microespacios y los de cuarto se emplean a fondo para sacar al aire un programa de una hora de duración.
Los alumnos de Comunicación Audiovisual conocen mejor Euroview, en la segunda planta, ya que dentro se encuentra la sala de control del plató de televisión, aunque “son dos servicios distintos”, como explica Carlos Bernar, director del medio. Ahora mismo el medio no tiene ningún proyecto largo como fue hace dos años el estreno de Cher ami. Bernar explica que “persiguen proyectos reales en los que se involucren alumnos” para añadir que “los proyectos pequeños dan trabajo, pero sobre todo nos interesan trabajos largos y que permitan participar a los alumnos”. Euroview se quiere focalizar especialmente en la ficción porque las producciones duran más tiempo y se pueden adecuar mejor los horarios de los alumnos. En el medio se realizan todas las prácticas del seminario de Imagen y animación 3D, que cuenta con 21 alumnos inscritos.

Carlos Bernar muestra alguno de los proyectos de Euroview. Foto: M. Castells
Si no hay grandes producciones se fomenta la creación de cortometrajes. Un grupo de alumnos de segundo curso han iniciado un proyecto de estas características y está previsto que para Navidad puedan tener terminada su pieza. “Es lo más parecido a una producción real, y así los alumnos van viendo todas las fases”. Bernar indica que la intención del medio es “servir de puente entre las prácticas y el trabajo real; lo bueno de las producciones es que estás con fuego real, te comprometes con un trabajo, tienes que acabarlo en unas fechas previstas y sabes que luego ese proyecto se va a difundir”.
El ala oeste de fcom es una zona abierta al exterior de la facultad y a la adquisición de prácticas profesionales de los alumnos. Pese a ser una de las zonas menos conocidas de la facultad, es una de las más activas incluso en verano, como señala Iñaki de Lorenzo: “Los de la radio somos de los pocos que en verano estamos aquí plenamente abiertos junto con la secretaría”. Alejados del ajetreo de las clases, los medios de fcom trabajan para formar a nuevos alumnos y elaborar productos de calidad.